La brújula que nos mantiene en la dirección correcta. Entre chai latte y papeleo, siempre encuentra tiempo para alentarnos. Tiene los objetivos siempre presentes y nos ayuda a volar sin perder el foco en los resultados y en la productividad. Cuenta con la combi completa: estrategia, organización y creatividad.

La chispita que enciende cada idea. Creativa, estratega y actualizada. Sin duda, Yure es la mente voladora de la empresa. Pone todo patas arriba a su paso y endulza (demasiado) al equipo. Las ideas locas, la empatía y sensibilidad la caracterizan y hacen que su trabajo sea mucho más cercano y humano.

El genio detrás de cámaras (delante no, porque no quiere). Obsesionado con la iluminación y el color. Si algo parece imposible, encuentra la forma de hacerlo realidad (y con rollazo). Sus ganas de competir nos motiva a querer ser mejores. Además, su talento no se queda en el set: sus cafés son auténticas obras de arte que nos alegran hasta los lunes.

El ojo que todo lo ve. Exigente, comprometida y detallista. Ella es quien detecta esos pequeños detalles que nadie más nota. Su dedicación y precisión convierten cada proyecto en una obra impecable, cuidada con mimo y perfección. Si algo pasa por sus manos, puedes estar seguro de que será revisado hasta el más mínimo detalle.

La de los tiempos ‘record’. Ágil, visionaria y perspicaz. En la oficina es Lauri y logra cualquier reto que se le plantea. Si no sabe hacerlo, aprende con rapidez. Tiene gusto, creatividad y astucia. Siempre está lista para sorprendernos aportando frescura a cada proyecto con una confianza que contagia y nos impulsa a todos.

El faro que guía nuestros proyectos. Estratega, creativa y con un don especial para la comunicación. Nos recuerda la dirección con claridad y pone el foco exacto en quiénes somos y a dónde queremos llegar. Su mayor fortaleza está en su capacidad para defender las ideas con pasión y determinación.

El príncipe con patas de Difiero. Mimoso, risueño y juguetón. Bailey es el guardián de la oficina. Mantiene todo en orden y filtra a cualquier persona que entre. Es nuestro radar particular, siempre atento a cada detalle, especialmente a los ánimos del equipo. Su energía es la dosis de alegría que necesitamos. ¡El verdadero jefe de Difiero!